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Prueba del Toyota C-HR 200H GR Sport: guaperas y eficiente

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Foto del redactor Kike RuizFoto del redactor Kike Ruiz

Es un superventas y en su segunda generación, el Toyota C-HR apunta todavía más alto. La versión de 140 CV puede ser suficiente para la gran mayoría, pero la de 197 es, sin duda, la que más chispa tiene.

Sí, merece la pena gastarse un poco más y optar por la versión de 197 CV. La de 140 CV solo la recomendaría si vas a hacer un uso casi exclusivo en ciudad, donde se mueve sin mayor problema. Pero si vas a viajar por carretera a menudo, la fuerza extra de la versión 200H te va a venir muy bien. 

Eso sí, aunque veas las siglas GR, debes también tener muy en cuenta que este Toyota C-HR es un coche pragmático y que, sobre todo, va a buscar unos consumo bajos para aderezarlos con un elevado confort de marcha. Dicho de otra forma: no está pensado para satisfacer a los más entusiastas de las emociones fuertes al volante.  

La posición de conducción es elevada (muy cómoda para entrar y salir del coche) y los asientos tienen un buen mullido, con una sujeción lateral buena. 

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Todos los mandos están orientados hacia el conductor y todos ellos son convencionales (nada de superficies táctiles salvo la pantalla central de 12,3 pulgadas), lo que se agradece. El diseño del salpicadero es limpio y la calidad de los materiales está en la media de lo que se puede esperar. 

Versión más barata Toyota C-HR

El protagonismo se lo lleva el sistema multimedia Toyota Smart Connect, que ha mejorado sustancialmente con respecto a su antecesor, aunque si lo comparamos con otros sistemas actuales de la competencia, cumple bien, pero sin alardes. Tiene una buena resolución, una correcta respuesta táctil, la interfaz es clara y tiene conexión para Apple CarPlay o Android Auto. 

Probamos el Toyota C-HR híbrido más potente de la gama

En habitabilidad, Toyota ha puesto más énfasis en las plazas traseras. Si en la primera generación eran un potro de tortura para personas de talla alta, en esta nueva entrega la cosa ha mejorado bastante, aunque continúan siendo algo más estrechas que las de algunos de sus competidores.  

Sigue sin haber salidas de aire específicas en esta zona trasera y la visibilidad no es muy buena, por culpa de unas ventanillas más bien pequeñas y un grueso pilar C. 

En marcha, la suavidad es la tónica dominante, apoyado por unas suspensiones que miman al pasaje. En otras palabras: este nuevo C-HR rueda con más confort que el anterior, gracias a un chasis que digiere los baches mejor y hace que se perciban menos en el habitáculo. 

Sobre asfalto en buen estado, incluso permite avivar el ritmo (sin volverse loco, porque la dirección no es muy comunicativa) y se muestra noble en apoyo. Ofrece cuatro modos de conducción (Custom, Eco, Normal y Sport) y en este último la respuesta del acelerador es un poco más contundente, aunque las diferencias, no obstante, son pequeñas. 

El modo Custom es el personalizable y te permite modificar a voluntad la respuesta del motor, la dureza de la dirección y el funcionamiento del aire acondicionado.

El aislamiento acústico también es mejor que antes y eso hace que sea un coche más agradable de conducir, sobre todo en autopista. Eso sí, en una carretera de curvas y si vas demandando mucha aceleración de forma continua, el funcionamiento del variador continuo hace que acabe resultando molesto, aunque no tanto como antes. 

Y me queda hablar de los consumos. En general, Toyota y sus sistemas híbridos son sinónimo de cifras ajustadas y, en este caso, se vuelve a repetir la historia. Digamos que la electrónica gestiona tan bien el motor  y el sistema eléctrico que siempre te vas a mover en torno a los seis litros de consumo. Y si eres un poco cuidadoso con el gas, incluso podrás quedarte por debajo fácilmente.

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Etiquetas: SUV

Valoración

La competencia es enorme en este segmento y el C-HR compite contra modelos tan equilibrados como el Honda HR-V, el Hyundai Kona o Peugeot 2008. Una de sus bazas es el precio, ya que se sitúa como uno de los SUV urbanos más asequibles (que no es lo mismo que decir que su precio sea bajo).

Lo mejor

Consumo, prestaciones, aislamiento acústico y confort de marcha

Lo peor

Visibilidad, plazas traseras reducidas y dirección poco comunicativa