2025, la decisión clave para el coche eléctrico y para la industria del automóvil en Europa

Si se mantiene la rebaja de emisiones podría ser un golpe para las marcas que siguen dependiendo más de la combustión y un impulso para quien vende más eléctricos.
Quedan dos meses para que llegue 2025, un año que será clave para el coche eléctrico y, en general, para la industria del automóvil en Europa. Un año en el que muchas marcas se van a jugar su ser o no ser.
En 2025 entra en vigor una nueva normativa de la Unión Europea sobre emisiones de CO2. Es la denominada CAFE, por sus siglas en inglés (Clean Air for Europe), que reduce de manera significativa el máximo de la media de emisiones que deben cumplir el conjunto de coches vendidos por cada fabricante.
Ese umbral será de 93,6 gramos por kilómetro a partir de 2025, un listón muy exigente que obligará a muchas compañías a sudar la gota gorda para cumplirlo. Para ello, tendrán que recurrir a diferentes métodos, como aumentar las ventas de vehículos enchufables, sobre todo, eléctricos.
Pero ya hemos visto este año que la venta de eléctricos se ha ralentizado, hasta el punto de que muchos fabricantes han relajado sus planes electrificados.
El problema es que, en caso de no cumplir con esos 93,6 gramos de CO2 por kilómetro, la Unión Europea impondrá unas duras sanciones: 95 euros por cada gramo excedido y por cada coche vendido. Y eso puede ser mucho dinero. Vamos a verlo con números.
La normativa CAFE y la dura multa si no se cumple

Ante la normativa CAFE que entra en vigor en 2025, solamente las marcas que venden coches eléctricos únicamente o aquellas que matriculan mayoritariamente vehículos enchufables (eléctricos y PHEV) pueden estar tranquilas ante las multas que piensa poner Bruselas a las que no cumplan con el objetivo de emisiones.
Vamos a poner un ejemplo. Con datos de 2023 (ya veremos cómo ha sido 2024), la marca que alcanzó una media de emisiones más alta fue Volkswagen, con 120 gramos de CO2.
Es decir, el conjunto de coches Volkswagen vendidos en Europa registró una media de 120 gramos de CO2. Hablamos de unos 3.775.000 vehículos. Es probable que Volkswagen baje esa media este año, pero con estos datos de 2023, tendría que rebajar en 26,4 puntos su media de emisiones.
De lo contrario, se expondría a una multa de 95 euros por cada gramo excedido. Esto sale 2.508 euros. Y por cada vehículo matriculado, o sea, 2.508 X 3.775.000 unidades. Esto nos da casi 9.468 millones de euros.
Si tenemos en cuenta que los beneficios de Volkswagen en 2023 fueron de 17.900 millones, estamos hablando de un pellizco más que serio.
Algunas marcas lo van a pasar mal

A los constructores les va a costar cumplir el objetivo impuesto por la Unión Europea, aunque hay algunos mejor posicionados que otros. Todo esto con la amenaza de China de fondo.
Volkswagen ya hemos visto que lo tiene crudo, no sólo por las emisiones, sino porque sus productos eléctricos son caros y se ubican en segmentos superiores donde las ventas son bajas y la competencia muy dura.
Ford también lo tiene complicado, ya que está penetrando ahora en el segmento eléctrico en Europa y ya ha dejado claro que, si no consigue llegar al objetivo de emisiones, renunciará a los modelos de combustión para que sus eléctricos ganen cuota.
Tampoco lo tiene muy bien Toyota, aunque pueda parecer raro. La marca japonesa tuvo una media de 109 gramos, mucho menos que Volkswagen, pero tiene poco margen de mejora, ya que no cuenta con una amplia oferta de enchufables.
Otros fabricantes, como Kia y Hyundai, lo tienen un poco mejor, con vehículos eléctricos baratos que van a llegar próximamente (casos del Inster y el EV3). Las premium como Mercedes y BMW esperan llegar al umbral de la Unión Europea con sus ventas de híbridos enchufables.
En el otro extremo está el Grupo Stellantis, que sí cuenta con modelos eléctricos asequibles y la mayoría de su catálogo tiene motores híbridos, a lo que hay que sumar Leapmotor. También Renault puede tenerlo más fácil que los demás.
2025, año clave para el coche eléctrico y la industria del automóvil

Para llegar a los 93,6 gramos de CO2 que quiere la Unión Europea, hará falta sangre, sudor y lágrimas. En 2023, se vendieron en Europa 1,17 millones de híbridos enchufables y 1,84 millones de eléctricos, lo que supone una cuota de mercado del 8 y 16%, respectivamente.
Eso hace un total de 24% de cuota de mercado para enchufables (eléctricos y PHEV), una cifra por debajo de la media de la UE e insuficientes para compensar las ventas de coches de combustión.
Sin embargo, como hemos dicho más arriba, 2024 ha sido un año malo para los coches eléctricos. El primer semestre cerró con un 21% de cuota de enchufables, tres puntos menos que el total de 2023. Concretamente, el eléctrico bajó del 16 al 14%.
Esto significa que el mercado no ha respondido como esperaba la industria del automóvil, especialmente, las autoridades de Bruselas. Según varios informes, para bajar hasta los 93,6 gramos de emisiones, será necesario alcanzar el 28% de cuota sólo de eléctricos y mantener el 8% de PHEV. Algo que parece poco probable.
¿Qué hacer?
La pregunta ahora es: ¿Qué hacer? Pues las marcas tienen, prácticamente, tres opciones: la primera es la más obvia, vender más coches eléctricos. Pero esto no será fácil. Ya hemos visto que 2024 ha sido un año difícil para los vehículos de baterías. Habría que bajar más los precios.
Otra solución pasaría por vender menos coches de combustión. En medio, los fabricantes podrían hacer pequeñas triquiñuelas, como matricular en 2025 los coches eléctricos que se vendan en los dos últimos meses de este año.
O también entregar en 2026 los vehículos de combustión que se vendan en los dos últimos meses de 2025. Mientras tanto, el sector tendría un poco de margen para ver cómo evoluciona el mercado de eléctricos.
Por último, otra opción podría ser que el CEO de Renault, Luca de Meo, convenza a la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que retrase el nuevo tope de emisiones dos años. Esto es que lo que reclama la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) que, precisamente, preside el propio De Meo.
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Etiquetas: Unión Europea