Por qué cerrar el coche varias veces dice mucho de tu estado emocional

“¿He cerrado bien el coche?” Es una pregunta que muchos se hacen cuando aparcan y se van. Ante la preocupación, tienen que volver para comprobar que, efectivamente, estaba cerrado. Este comportamiento dice mucho de tu estado emocional.
A todos nos ha pasado alguna vez que, después de dejar el coche aparcado y llegar a un lugar, nos hemos preguntado: “¿He cerrado bien las puertas?” Y, si a ti no te ha pasado, seguro que conoces a alguien que sí. Es algo bastante habitual y dice mucho de nuestro estado emocional.
Aunque no lo creas, si sueles volver al coche para comprobar que lo has cerrado bien, dice mucho de cuál es tu estado emocional y, de hecho, puedes ser un indicativo de ansiedad o, en los casos más extremos, de trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
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No es algo que ocurra sólo con el coche. Algunas personas tienen dudas sobre si han cerrado bien la casa o se han dejado algo enchufado, por ejemplo. También hay casos en los que, al salir de viaje, se preocupan por si han guardado todas las cosas o se han dejado algo.
Sea como fuere, el caso es que hay gente que tiene la necesidad de volver para comprobar que lo han dejado todo bien, como las puertas cerradas del coche. Y esto tiene una lectura psicológica.
Comprobar que has cerrado bien el coche dice mucho de tu estado emocional
Esto tiene que ver con el miedo acentuado a perder el control, lo que explica que estas personas tiendan a desarrollar conductas de verificación, según explican los psicólogos. Un ejemplo muy claro es el que exponemos aquí: comprobar que has cerrado bien el coche.
Esta conducta de verificación puede estar relacionada con una obsesión por evitar errores o situaciones imprevistas. El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia en la persona de obsesiones y compulsiones.
Las obsesiones tienen que ver con pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes e intrusivos que causan ansiedad, mientras que las compulsiones son comportamientos repetitivos que siente una persona para reducir la ansiedad provocada por las obsesiones. Es decir, la necesidad de verificar para acabar con el miedo.
Para combatir este trastorno, hay diferentes tratamientos, como la terapia cognitiva-conductual y medicamentos, así como la neurocirugía para los casos más extremos.
¿Se puede conducir con trastorno obsesivo compulsivo?
Llegados a este punto, la pregunta es si se puede conducir con este trastorno, ya que la ansiedad puede provocar efector muy negativos en la conducción, como la disminución de la atención, reacciones más lentas o aumento del ritmo cardíaco. De hecho, la DGT enumera una serie de enfermedades que no son compatibles con ponerse al volante.
Desde el propio órgano rector de tráfico explican que “los pacientes que padecen un trastorno mental deben consultar a su médico la conveniencia o no de ponerse al volante”.
Y agregan: “La enfermedad que se padezca (depresión, esquizofrenia, trastornos de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo…), el momento evolutivo en el que se encuentre (inicio de la enfermedad, fase estable…) la medicación necesaria para su control (tipo de fármaco, inicio o cambio en la medicación, efectos secundarios…) son algunos aspectos que van a condicionar la capacidad para conducir”.
Hay medicamentos para tratar este tipo de enfermedades que pueden producir efectos secundarios e influir negativamente en la conducción. Para saberlo, llevan un pictograma que alerta de sus efectos.
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Etiquetas: DGT, seguridad vial