En China las marcas locales están ganando ventas mientras competidores clásicos como Honda, Nissan, VW o Mitsubishi tiran la toalla

Los fabricantes locales chinos han afianzado su poder en China, al mismo tiempo que los competidores clásicos extranjeros están tomando medidas drásticas.
Durante décadas, los fabricantes de automóviles extranjeros como Volkswagen, Honda y Toyota dominaron el mercado chino. Sin embargo, los últimos años han marcado un cambio de tendencia radical, donde las marcas locales como BYD y Xpeng han acelerado su crecimiento y están desbancando a los gigantes de la automoción mundial en el mercado más grande del planeta.
El avance imparable de los fabricantes chinos
El mercado de vehículos eléctricos (VE) ha sido el trampolín de las marcas chinas para ganar cuota de mercado a una velocidad asombrosa. El crecimiento explosivo de empresas como BYD, respaldadas por el gobierno chino a través de la iniciativa "Made in China 2025", ha descolocado a las marcas extranjeras.
Según la Asociación China de Automóviles de Pasajeros (CPCA), la cuota de mercado de las marcas extranjeras se redujo al 33% en julio de este año, una caída considerable desde el 53% de hace sólo dos años.
El enfoque en la electrificación y los precios competitivos ha posicionado a los fabricantes chinos en un lugar privilegiado. Éstos han conseguido conectar mejor con las preferencias de los consumidores chinos, que buscan modelos eléctricos avanzados y accesibles.

"Los fabricantes de automóviles globales fueron tomados por sorpresa con los vehículos eléctricos, adormecidos por años de éxito en la venta de vehículos a gasolina," explicó Michael Dunne, CEO de Dunne Insights. Este éxito, señala Dunne, hizo que los fabricantes internacionales subestimaran el potencial de sus competidores chinos.
Un impacto profundo en las marcas tradicionales
La presión de la competencia china ha obligado a los gigantes automovilísticos internacionales a reconsiderar su posición en el mercado. Volkswagen, que durante décadas fue la marca líder en ventas en China, ha visto cómo sus entregas se han desplomado.
De hecho, este año perdió su posición como la marca de coches más vendida en China en favor de BYD. Además, la empresa ha reconocido la posibilidad de cerrar plantas en Alemania debido al impacto que esta pérdida de mercado ha tenido en sus operaciones globales.
El caso de Mitsubishi es aún más extremo, ya que la marca japonesa ha decidido retirarse completamente del mercado chino después de años de caídas en sus ventas. En una línea similar, Honda y Nissan han reducido sus capacidades de producción en China y han implementado medidas de recorte de costes como cierres de fábricas y despidos.
A pesar de haber liderado el mercado en años anteriores, los fabricantes japoneses ahora luchan por mantener su cuota frente al auge imparable de las marcas locales. En el último trimestre, los ingresos de las empresas conjuntas de Toyota en China disminuyeron un 73% en comparación con el mismo período del año anterior.
General Motors (GM) también enfrenta dificultades, registrando pérdidas en sus operaciones chinas y viendo cómo sus ventas en el país se reducen a la mitad desde el máximo de más de cuatro millones de unidades en 2017 hasta los dos millones del pasado 2023.
Precio y calidad en la batalla por la cuota de mercado
El éxito de los fabricantes chinos se apoya en dos factores clave: precios competitivos y avances tecnológicos en electrificación. BYD, que recientemente ha comenzado a vender en Europa y Asia, ofrece una amplia gama de vehículos eléctricos que han captado el interés tanto en su país de origen como en el extranjero.

La compañía vendió 3,02 millones de vehículos en 2023, lo que supone un crecimiento del 62% en comparación con el año anterior (2022). En contraste, Volkswagen entregó sólo 1,02 millones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, a pesar de sus esfuerzos por comenzar a electrificar su flota.
La guerra de precios en el mercado de vehículos eléctricos ha puesto en jaque a las marcas extranjeras, obligándolas a ofrecer descuentos y a asumir altos costes de garantía para competir. Mary Barra, CEO de GM, afirmó recientemente que "muy pocos están ganando dinero (en China). Es insostenible porque la cantidad de empresas que pierden dinero allí no puede continuar indefinidamente”.
Consecuencias de la expansión china
La conquista del mercado chino es sólo el comienzo para los fabricantes locales. Las exportaciones de automóviles desde China han aumentado un 60% en el último año, y China se posiciona ya como el mayor exportador de automóviles del mundo, superando a Japón y Alemania.
El gobierno chino ha incentivado esta expansión para que las marcas nacionales ganen terreno también fuera de sus fronteras. Las marcas chinas no sólo buscan expandirse en Asia, sino también en Europa y América Latina.
En el caso de BYD, planea abrir fábricas en países como Tailandia y Hungría, y ha establecido una red de distribuidores en Alemania. Los fabricantes extranjeros han respondido a esta expansión a través de alianzas estratégicas. Por ejemplo, Volkswagen compró una participación en Xpeng, mientras que Stellantis, propietaria de Citroën y Fiat, adquirió un 20% de Leapmotor.
Un futuro incierto para los fabricantes internacionales en China
La situación en China se presenta como una advertencia para las marcas internacionales que, en muchos casos, están perdiendo rápidamente relevancia. Las marcas que no logren adaptarse a las demandas locales de vehículos eléctricos y a un mercado altamente competitivo, podrían enfrentarse a una salida inevitable, como ha ocurrido con Mitsubishi.
La rapidez con la que las marcas chinas han captado cuota de mercado refleja una tendencia imparable, y la pregunta es si las marcas tradicionales están a tiempo de adaptarse o si continuarán siendo desplazadas. Michael Dunne, de Dunne Insights, resume el sentimiento de muchos en la industria: "El nuevo centro de la industria automovilística mundial es China".
Este cambio en el epicentro de la industria automotriz plantea desafíos, no sólo para las marcas internacionales en China, sino también para las industrias automotrices de Europa y América del Norte. Las políticas de aranceles y barreras comerciales podrían retrasar el avance de los fabricantes chinos en algunos mercados.
Pero el rápido crecimiento de sus exportaciones sugiere que su influencia global continuará expandiéndose. La transformación del mercado automovilístico chino ha cambiado las reglas del juego. Las marcas tradicionales, acostumbradas a una posición dominante, se enfrentan a un desafío sin precedentes en un mercado cada vez más inclinado hacia la electrificación y el dominio de las marcas locales.
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Etiquetas: China, Coches chinos