Comparativa: Cupra León VZ 2.0 TSI vs Cupra León 1.4 e-Hybrid

Misma potencia, uno con ayuda eléctrica, otro con más cilindrada, uno muy ahorrador, otra con más dinamismo: Cupra León VZ 2.0 TSI vs Cupra León 1.4 e-Hybrid.
Motorizaciones comparadas:
Parece que en Cupra solo hay una dirección: hacia arriba. Desde que la filial de Seat se presentó como marca independiente en 2018, las cifras de ventas han ido en aumento: primero de manera cautelosa, pero desde 2020 de forma tan fuerte que el año pasado el 44,4% de todos los Seat vendidos llevaba el logo distintivo de Cupra. Para finales de la década, se espera que Cupra esté también consolidada en el mercado estadounidense: todo va bien.
Mientras tanto, el Cupra León también atraviesa un proceso de renovación que afecta a los dos modelos de esta prueba. La pregunta clave: ¿híbrido moderno o motor de combustión convencional? Ambos tienen sus ventajas.
Pocas diferencias visuales
Es necesario observar con mucha atención para poder distinguir estos dos modelos. Ambos están etiquetados como versiones VZ deportivas, y el 1.4 e-Hybrid además está en la versión VZ-Cup. Desde fuera, solo pequeños detalles muestran la diferencia: el 2.0 TSI, pintado en el tono Graphene Grey, lleva opcionales umbrales de puerta Cupra en el color de la carrocería.
El e-Hybrid, por su parte, destaca más con su pintura mate en Petrol Blue opcional, y los cubre-espejos en carbono-cobre aportan un bonito toque. Aquí, los umbrales de puerta Cupra en Dark Aluminium vienen de serie, al igual que el spoiler trasero de carbono y el difusor trasero con salidas de escape en color cobre. En resumen, el e-Hybrid mate está un poco mejor equipado con detalles deportivos y atrae un poco más la mirada.
Diseño del Cupra León: un joven audaz
Ambos muestran su carácter de jóvenes audaces con muchos detalles de diseño llamativos: destacan su agresiva parrilla delantera, el capó con elegantes nervios, la parte trasera con spoiler y difusor, además de una gran cantidad de pequeños toques que los distinguen de sus compañeros de Wolfsburgo o Ingolstadt.
El enfoque principal no está solo en los valores estéticos de ambos, sino también en cómo logran poner en acción sus capacidades. Con 245 CV cada uno, ambos ofrecen un gran potencial de diversión al volante, pero también deberían ser capaces de hacer un buen papel en situaciones cotidianas. Para ello, ambos ofrecen sistemas de suspensión adaptativa.
Versión híbrida con interior más deportivo
En el interior, el VZ-Cup-Hybrid marca el tono deportivo con su volante y los asientos tipo baquet. Sus asientos son un poco más simples y están mejor tapizados en cuero que los del 2.0 TSI, además el volante, con mayor contorno, incluye el botón de arranque y el interruptor de los modos de conducción, con el logo de Cupra.
Sin haber recorrido ni un metro, el interior del híbrido ya muestra una actitud más deportiva. Los materiales empleados se perciben más sólidos que lujosos, pero en general, el interior es limpio y ordenado. El manejo, que en su mayoría se hace a través de menús en la pantalla táctil central, es algo a lo que uno se debe acostumbrar, aunque también tiene control por voz.

67 kilómetros en modo completamente eléctrico
La mayor diferencia entre los dos modelos se encuentra bajo el capó, donde la moderna tecnología híbrida se encuentra con el clásico motor turboalimentado, con la misma potencia, pero con un carácter completamente diferente. En el 1.4 e-Hybrid, un motor de 1,4 litros con 150 CV trabaja junto a un motor eléctrico de 115 CV. La energía eléctrica proviene de una batería de iones de litio de 12,8 kWh.
Combinados, ambos motores generan una potencia máxima del sistema de 245 CV y están acoplados a una transmisión de doble embrague de seis marchas. Con la batería completamente cargada, el híbrido se recarga entre 3,5 y 5 horas, dependiendo de si recibe 2,3 o 3,6 kW; la autonomía completamente eléctrica es de 67 kilómetros, suficiente para circular sin emisiones por ciudades con restricciones ambientales.

El 2.0 TSI consume el doble de combustible
Esto, por supuesto, el 2.0 TSI no lo puede hacer, y tampoco es tan eficiente como el e-Hybrid. En nuestra prueba estándar, con una carga completa y aceleración máxima, el híbrido consumió 3,9 litros de gasolina por cada 100 km, mientras que su hermano de motor convencional, que usa una transmisión de doble embrague de siete marchas, consumió el doble, 7,9 litros. ¿Es el sistema híbrido la mejor tecnología? Las mediciones en nuestro circuito de pruebas en Rothenburg deberían dar la respuesta.
Sensación de igualdad en el rendimiento
De forma subjetiva y sin ver los números, ambos modelos están muy parejos. El e-Hybrid se beneficia de su refuerzo eléctrico desde el principio, que se nota incluso a bajas revoluciones, y tiene un par motor algo superior. El 2.0 TSI parece más lento al principio, pero entrega más potencia a medida que aumenta la velocidad.

Hasta los 100 km/h, ambos están casi empatados. Con la ayuda del motor eléctrico, el híbrido parece más potente a bajas revoluciones, pero el 2.0 TSI es 0,1 segundos más rápido hasta los 50 km/h, y hasta los 100 km/h ambos se separan por solo 0,1 segundos. A medida que aumenta la velocidad, el León con motor convencional va tomando más ventaja. Sin embargo, la diferencia no es tan grande: hasta los 180 km/h, el e-Hybrid solo pierde 1 segundo.
Sonido y sensaciones de conducción
No muy diferente es la historia en las mediciones de elasticidad: siempre hay solo una pequeña diferencia, a veces una décima, a veces un par de décimas. En la medición de 60 a 100 km/h, incluso el e-Hybrid lidera. Las diferencias no son dramáticas. Sin embargo, el 2.0 TSI tiene una velocidad máxima de 250 km/h, 25 km/h más que el híbrido.

Cuando las cifras no nos ayudan a decidir, entran en juego las sensaciones. El e-Hybrid tiene la ventaja de poder acelerar de manera silenciosa y completamente eléctrica, lo que le da un toque de modernidad. También se siente bien la presión del motor, incluso a bajas revoluciones. Sin embargo, es extraño el sonido del motor eléctrico, que suena algo artificial y no termina de encajar con la experiencia de aceleración.
Mucho más agradable y contundente suena el motor de dos litros, especialmente cuando se lleva al límite. Y esta pequeña pero notable diferencia en el sonido y la sensación de aceleración hace que se perciba al 2.0 TSI como más deportivo. La sorpresa: al final, en cuanto a puntos, las ganancias y pérdidas se equilibran, por lo que el resultado es un empate entre los dos hermanos desiguales.
Conclusión
Sorpresa: empate para ambos Cupra. El e-Hybrid destaca por su eficiencia y sus buenas prestaciones similares, mientras que el motor más deportivo y el sonido hacen que el 2.0 TSI sea el ganador en el corazón de los conductores.
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Etiquetas: Coches compactos deportivos