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¿Conoces el Volkswagen EA276? Es más importante de lo que imaginas

Volkswagen EA276

A finales de los años 60, Volkswagen estaba en la difícil tesitura de reemplazar al Beetle. El EA276 fue el Volkswagen Golf que pudo ser antes del Golf.

A las puertas de cerrar 2024, éste ha sido un año muy especial para uno de los modelos más icónicos de la industria del motor: el Volkswagen Golf ha celebrado su 50 cumpleaños. El exitoso compacto vio la luz en 1974, pero antes de que el vehículo definitivo fuera presentado, hubo un modelo que pudo ser y no fue, el Volkswagen EA276.

A toro pasado, concretamente medio siglo después, algo que se dice pronto, es fácil ver que el Golf ha sido un auténtico éxito. Sin embargo, volviendo a los años 60 del siglo pasado, lo cierto es que Volkswagen tenía ante sí una papeleta importante: tenía que desarrollar un relevo para el Volkswagen Beetle, uno de los coches más vendidos de la historia.

En Wolfsburgo se pusieron a trabajar y crearon toda una serie de proyectos hasta dar con el clavo y presentar el Golf definitivo.

Y es que, entre el Escarabajo y el Golf, pese a compartir elementos como el enfoque de ser un coche asequible para el pueblo, hay diferencias notables, diferencias que la marca no tenía nada claras a la hora de crear su sustituto.

 

Así, una de las líneas en las que se trabajó, de manera conjunta con Porsche, fue la de crear otro vehículo que mantuviera la configuración de motor trasero. El proyecto recibió el nombre de EA266 y empleaba dicho formato, pero colocando el bloque en una posición más baja y orientado de manera longitudinal, lo que conseguía incorporar un segundo maletero detrás.

En su desarrollo estuvo implicado Ferdinand Piëch y durante un tiempo pareció que iba a ser el reemplazo del Beetle, pero finalmente la compañía alemana consideró que no era buena idea por diversos aspectos, como lo complicado que era el mantenimiento del motor, así que siguieron una línea de desarrollo completamente diferente.

De manera paralela al proyecto del EA266, Volkswagen había adquirido NSU (que más adelante formaría Audi), una compañía que estaba especializada en coches con una configuración muy distinta, con motor delantero y tracción delantera, así que dio luz verde a otro modelo que siguiera esos derroteros.

El resultado fue el Volkswagen EA276, el cual todavía no era exactamente el Golf I, pero que sí que tenía muchos más elementos en común.

Cumplía con los criterios de VW, que quería un modelo de carrocería tipo hatchback, que tuviera motor delantero y contara, en consecuencia, con un maletero de gran capacidad.

Volkswagen EA276

Sin embargo, bajo el capó se encontraba el mismo motor motor bóxer del Escarabajo, es decir, refrigerado por aire, algo que no terminó de convencer, pues se consideraba que, aunque tenía como puntos fuertes la fiabilidad y los bajos costes de desarrollo, era una tecnología que estaba empezando a quedarse obsoleta.

La compañía alemana creía que estaba en el camino adecuado, pero consideraba que el modelo todavía no estaba en el punto que querían.

Así, por una parte se decidió que el nuevo vehículo tendría que tener un motor refrigerado por agua. Por otra, se encargó a Italia, concretamente a Giorgetto Giugiaro, de Italdesign, que creara un nuevo diseño.

Éste pudo ver el EA276 y se basó fuertemente en sus principales rasgos para crear su visión de lo que sería el Golf Mk.1, aunque lógicamente introdujo cambios.

Así, la carrocería tenía unas formas angulosas que tenían aristas incluso más marcadas que las del proyecto anterior, cuyo carácter era ligeramente más suavizado. Se inclinó todavía más el parabrisas y la zaga se estilizó con la caída del techo, mientras que los llamativos pasos de rueda, que sobresalían ligeramente, también se conservaron.

Fue el frontal lo que cambió de manera más acusada. El Volkswagen EA276 tenía una gran parrilla negra custodiada por unos enormes faros rectangulares, a los que se sumaban otros dos pilotos auxiliares montados sobre el paragolpes, lo que el confería un estilo similar al de un vehículo de rally.

Giugiaro modificó toda la zona de manera importante, reemplazando el paragolpes por uno mucho más estilizado, afilando la parrilla, que en su centro llevaba el logo de Volkswagen, y conservando los faros cuadrados.

Así, el diseño del primer Volkswagen Golf estuvo casi terminado, a falta de solo un detalle que luego sería icónico: en la versión de producción se optó por reemplazar los grupos ópticos e instalar unos que eran redondos.

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Etiquetas: Coches compactos