No a la venta (antiguo)
Nota 6.5
El Chevrolet Cruze fue un intento de la marca de introducir en el mercado europeo una berlina fabricada al estilo de los grandes coches americanos. Se trataba de una propuesta interesante pero que no llegó a cumplir por completo sus objetivos, ya que es difícil que un modelo nuevo destaque en un segmento tan saturado y tan asentado como este.
En cualquier caso, las unidades de Chevrolet Cruze que se vendieron tuvieron buena acogida por parte de sus clientes. Su elegante diseño y la versatilidad de su interior eran atractivos más que suficientes. Además, su precio resultaba bastante razonable para una berlina de esas dimensiones.
Si este coche no logró un mayor volumen de ventas no fue porque no lo mereciera, si no porque se enfrentaba a modelos como el Opel Astra, el Seat Toledo o el Skoda Rapid. Todos ellos también ofrecen una buena relación calidad precio, aunque tienen una tradición más larga en el mercado del viejo continente.
Buscando una rápida respuesta, Chevrolet trató de incorporar a su gama Cruze dos nuevas variantes. Sin embargo, el Cruze cinco puertas y el familiar no pudieron reflotar este modelo.
El diseño exterior del Chevrolet Cruze cuenta con varios puntos a favor. Muchos de ellos tienen que ver con su aspecto refinado y elegante que no llega a ocultar su intención de convertirse en una gran berlina. Es por eso que sin ser algo inédito, cuenta con una gran personalidad.
En el frontal, el Cruze cuenta con líneas afiladas y con un marcado carácter deportivo. No tiene elementos que desluzcan el conjunto, por lo que resulta muy armonioso y responde perfectamente a las intenciones del coche.
En el lateral se busca una forma tradicional de berlina de tres volúmenes, aunque la caída del techo se realiza de forma más relajada. El Chevrolet Cruze cuenta con unos paneles de las puertas generosos que anticipan un habitáculo espacioso.
Por última, en la trasera de este coche destacan los pilotos, aunque no aportan nada nuevo. Es esta parte la que parece desentonar más, ya que se pierde gran parte del estilo sobrio del Cruze.
En el interior se aprecia como todo el habitáculo está enfocado a ofrecer un aspecto sofisticado. Es cierto que muchos elementos recuerdan que nos encontramos ante un modelo muy asequible, pero los diferentes elementos se han elaborado con el mayor cuidado.
El puesto de conducción y la consola central no aportan demasiadas novedades, pero tampoco se le puede pedir mucho más. Quizá en el aspecto tecnológico esté algo rezgado, aunque no sorprende dada la antigüedad de este coche.
El espacio para los pasajeros es adecuado, y es difícil que se haga incómodo. Los asientos, los materiales y los acabados cumplen con las expectativas, aunque no sorprenderán a nadie.
La gama de motores que Chevrolet pone a disposición de este coche resulta muy interesante. Cuenta con diferentes alternativas tanto en diésel como en gasolina, algunas de las cuales disponen de una potencia importante. En materia de eficiencia no son los que menos gastan del mercado, pero su consumo entra dentro de lo razonable.
La gama de gasolina cuenta con potencias de 117 y 141 caballos. Ambos motores funcionan bien, aunque transmite mejores sensaciones el más potente.
En el caso del diésel ocurre algo similar. Las dos opciones cuentan con 131 y163 caballos respectivamente y, aunque ambos ofrecen un rendimiento muy a tener en cuenta, el segundo hace creer que se conduce un coche de mayor categoría.