Estados Unidos apuesta por ir contra todos en el mundo del automóvil y pone al coche eléctrico en el punto de mira

Un informe publicado recientemente incluye una serie de propuestas que Donald Trump podría poner en marcha próximamente y que van en contra del coche eléctrico.
Una parte de la campaña del ahora presidente electo Donald Trump ha girado alrededor de las políticas del coche eléctrico. Esta no ha sido la única clave que ha devuelto al controvertido multimillonario de nuevo a la Casa Blanca, pero sí ha contribuido a que una buena parte del electorado decidiera entregarle su voto el pasado 5 de noviembre.
En los últimos meses, Trump ha tratado el tema de los aranceles a las importaciones de coches fabricados fuera de Estados Unidos, y ha atacado sin cuartel al coche eléctrico y a todo lo que rodea a su compra.
Pero todo esto fue en el camino que lo acabaría llevando a la presidencia del país. A partir de ese momento, Trump ha estado lejos de moderar su discurso y se prepara para poner en marcha una serie de medidas una vez se oficialice mañana que Donald Trump es el 47º presidente de Estados Unidos.
Las medidas que podría implementar Donald Trump
Hace relativamente pocos días, Reuters tuvo acceso a un documento que recoge una serie de propuestas que la administración Trump podría activar en los próximos meses. Estas recomendaciones han sido redactadas por el equipo de transición de hasta ahora presidente electo y ponen el foco en el vehículo eléctrico sin olvidarse de otras áreas relacionadas con el sector del automóvil.
Durante su campaña, el presidente prometió flexibilizar las regulaciones sobre los coches de combustión y revertir el mandato de vehículos eléctricos del presidente Joe Biden. Ahora, el documento en cuestión muestra algunas propuestas relacionadas con políticas arancelarias, inversiones en el vehículo eléctrico y los subsidios a la compra de estos coches.
Una de las propuestas del equipo de Trump es la de imponer aranceles a todos los materiales de las baterías en un intento por impulsar la producción estadounidense y luego negociar exenciones con los aliados. De este modo, acabaría con la política de Biden que buscaba el equilibrio en la cadena de suministro de baterías dejando fuera tan solo a China.
El plan de la administración Trump iría orientado a redireccionar el dinero que ahora fluye hacia la construcción de estaciones de carga y la asequibilidad de los coches eléctricos hacia prioridades de defensa nacional, incluida la garantía de suministros de baterías y minerales críticos para construirlas sin necesidad de China.
Entre las nuevas políticas automotrices del presidente se encuentra la de eliminar el crédito fiscal de 7.500 dólares de la administración Biden para la compra de vehículos eléctricos, lo cual supondría un duro golpe para las ventas y la producción de este tipo de automóviles.
Curiosamente, esta medida afectaría a los intereses de Elon Musk, persona que se ha mostrado abiertamente en favor de Donald Trump, participando en su campaña electoral y que tendrá un cargo en su gobierno.
Por otro lado, el equipo de transición de Trump ha pedido recuperar los 7.500 millones de dólares que Biden destinó a construir estaciones de carga y trasladar el dinero al procesamiento de minerales de baterías y a la “cadena de suministro de defensa nacional e infraestructura crítica”.
Afectan al coche eléctrico y a las exportaciones
Las recomendaciones del equipo de Trump también permitirían a los fabricantes producir más coches de combustión al reducir las normas de emisiones y el ahorro de combustible defendidas por la administración Biden. El equipo sugiere volver a los niveles de 2019, lo que amplía los límites de emisiones en un 25% y de consumo de combustible en un 15%.
Muchas de las políticas propuestas por el equipo de transición de Donald Trump parecen encaminadas a fomentar la producción nacional de baterías, lo que sin duda afecta a todo el mundo, especialmente al establecer aranceles a las importaciones también para los países colindantes (Canadá y México), y a los estados miembros de la Unión Europea.
El objetivo de la administración Trump sería utilizar los aranceles como “herramientas de negociación” para abrir los mercados extranjeros a las exportaciones de automóviles estadounidenses, fomentando así la producción y los niveles de ventas.
Por último, aunque no por ello menos importante, la propuesta más curiosa del equipo de transición es la de acabar con el programa del Departamento de Defensa de Estados Unidos destinado a comprar o desarrollar vehículos eléctricos militares.
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Etiquetas: Donald Trump