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El golpe que ha asestado China a Europa con las baterías hace que los coches eléctricos del Viejo Continente se queden viejos

La burbuja de los fabricantes de coches eléctricos chinos: sus beneficios se desploman y muchas marcas desaparecerán

Claudia Pacheco

Los fabricantes europeos no dan con la clave para producir coches eléctricos baratos con los que competir con las marcas asiáticas, y el problema está en las baterías chinas.

La llegada de los coches eléctricos chinos a Europa ha sido un duro golpe para los fabricantes del Viejo Continente, que no consiguen dar con la clave para superar a las baterías de los fabricantes asiáticos. China se ha propuesto liderar en este territorio con una enorme inversión en el desarrollo de esta tecnología.

El país puede producir coches eléctricos con menor coste que los fabricantes europeos, pero también empieza a superarlos en especificaciones. Algunas marcas obtienen mayor carga rápida y una mejor autonomía.

Las baterías chinas son más baratas y más potentes que las europeas. Los expertos aseguran que no hay ningún truco detrás de este fenómeno, los fabricantes chinos se adelantaron y empezaron a trabajar antes en esta tecnología.

China tiene un concepto de producción diferente

China ha sido visionaria en el mercado de las baterías eléctricas, mientras que las marcas del Viejo Continente han empezado a desarrollar esta tecnología más tarde. Los fabricantes asiáticos también han adoptado un concepto diferente de producción de forma modular.

Las baterías europeas de marcas como Volkswagen están formadas por diferentes celdas ensambladas en módulos que son poco más grandes que una tableta de chocolate. Las celdas se conectan con cables y se instalan una al lado de la otra formando una especie de bandeja. 

Los modelos europeos están llenos de cableado que aumenta el peso de la batería pero no es útil a la hora de acumular energía. Solo entre el 25 y el 30% del volumen se destina al almacenamiento, lo que rebaja la densidad energética.

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Las baterías chinas apostaron por este sistema al inicio, pero pronto han dado el salto a la tecnología Cell-2-pack. BYD apuesta por celdas más grandes para modelos como las Blade reduciendo la cantidad de cables necesarios para interconectar cada una de ellas.

Otras marcas occidentales como Tesla también han apostado por su propio sistema de fabricación de baterías para coches eléctricos con tecnología CTC (Cell-2-Chassis) lanzada al mercado en 2020. Este sistema aloja las celdas en la parte baja de los vehículos consiguiendo un tamaño similar al de las baterías chinas.

Algunos gigantes de la industria como CATL, principal fabricante de baterías del mundo, apuestan por el sistema Shenxing. La compañía ha conseguido hasta 1.000 km de autonomía, pero asegura que podrían llegar a los 2.000 km a corto plazo. El tiempo de carga de estos modelos es de apenas 10 minutos para recuperar 600 km de autonomía.

¿Por qué las marcas europeas no copian el modelo de China?

Las marcas europeas han descubierto los fallos que les impiden llegar a la autonomía que consiguen los fabricantes chinos, pero siguen sin poder implementar esta tecnología en sus coches eléctricos. El principal problema es la falta de financiación.

El desarrollo y la producción de baterías se concentró en Northvolt, pero la compañía no puede cubrir la demanda y ha caído en bancarrota. Algunas marcas como BMW dependían de este fabricante de baterías para sus próximos coches eléctricos, así que se han visto obligadas a cancelar parte de sus pedidos. Europa llega tarde para diseñar sus propias baterías desde cero.

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Etiquetas: batería, China, Coches chinos