Laia Sanz, el duro primer abandono en el Dakar de la guerrera del desierto

Laia Sanz ha abandonado el Rally Dakar por primera vez en sus quince participaciones, después de sufrir un accidente que dañó la barra del arco de seguridad de su coche.
Laia Sanz ha dicho adiós al Dakar a las primeras de cambio, en la primera etapa, y por primera vez en su carrera deportiva en esta dura prueba. La piloto de Corberá del Vallés sufrió un accidente al golpear una piedra y dañó su coche, un prototipo Century CR-6T como el que había pilotado el año pasado. Y, aunque pudo llegar al campamento, la FIA le impidió continuar en carrera.
El accidente de Laia y su copiloto, el italiano Maurizio Gerini, se produjo después de una serie de catastróficas desdichas. La dupla se había quedado si la tercera marcha en el kilómetro 20 de la especial. Después, en medio del polvo que levantaban otros competidores, dejaron de funcionar los instrumentos de navegación, y decidieron ir tranquilos hasta el final.
Desafortunadamente, cuando faltaban por recorrer 70 kilómetros de esta larga especial de más de 400, y con poca visibilidad, golpearon una piedra que no vieron por el polvo. El prototipo volcó y resultó dañado, pero la dupla logró repararlo lo suficiente durante cinco largas horas como para alcanzar el campamento, donde llegaron rozando el límite marcado por la organización.
El coche funcionaba, pero estaba muy dañado. Precisaría de profundas reparaciones por parte del equipo para continuar este domingo en la competición. Iba a ser difícil, pero la esperanza no estaba perdida.
Sin embargo, las reglas son las reglas, y una inspección técnica de los comisarios de la Federación Internacional de Automovilismo, sacó a la luz que la barra del arco de seguridad se había desplazado.
Eran solo dos milímetros, pero la seguridad de los participantes en la carrera más dura del mundo, donde los accidentes ocurren en cada día de competición, es lo primero. Los comisarios valoraron en varias ocasiones si debían dejar continuar a Laia, pero finalmente, ya entrada la noche saudí y española, decidieron forzarle al abandono por razones de seguridad.
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Primer abandono en su 15º Dakar
Laia Sanz es la guerrera del Rally Dakar. Nunca se ha rendido, se hayan puesto las cosas como se hayan puesto. Haya habido accidentes, caídas o problemas mecánicos. En sus 11 participaciones en motos y cuatro en coches, ha podido descubrir tanto la parte amarga de la carrera como la más dulce, habiendo llegado a ser 15ª en la general el año pasado.
Laia afrontaba su decimoquinto Dakar con serias opciones de luchar por la victoria en la categoría de dos ruedas motrices con el Century, modelo como el que pilotó el año pasado. Las cosas prometían: en la prólogo había sido 23ª y líder en su categoría a pesar de haber llegado a la carrera sin un kilómetro de entrenamientos, solo con la experiencia del año pasado.
Sanz nunca había abandonado en el Dakar, desde que debutó en el ya lejano 2011 en la categoría de motos. En las dos ruedas, conquistó un noveno puesto absoluto en 2015 como mejor resultado: fue las 11 veces que corrió la mejor mujer clasificada. En 2022 dio el salto a los coches, siendo su mejor momento 2024, cuando fue 15ª absoluta y tercera en categoría de dos ruedas motrices.
A pesar de que todavía le pueda costar asumir el estar fuera de carrera cuando el resto de competidores afrontan la temida y emocionante etapa de 48 horas, Laia ya piensa en lo que le puede deparar el futuro, tal y como ha reconocido desde el 'vivac':
“Fue un disgusto. Cuesta mucho ir al Dakar, y creo que era un año para hacerlo muy bien, tanto en la categoría 4x2, como en la general. De hecho, me sorprendí en la prólogo por estar tan adelante sin haber probado el coche. Son cosas que pasan".
"Después de 15 Dakar, estar fuera en uno, me parece igualmente algo único, lo que pasa es que es un año en el que tenía ganas de hacerlo bien, reivindicarme, y duele un poquito más”.
"Lo que he hecho hasta ahora en estos 14 Dakar ha sido muy bestia. Me pongo a pensarlo y lo valoro. Seguramente, tocaba irse a casa por estadística, pero que sea en el primer día y de esta manera, duele más. Ayer sufrimos mucho para reparar y llegar al final de la etapa, y que luego, por dos milímetros de desviación de las barras del coche, te excluyan, duele”.
“Los ingenieros del equipo decían que no hubiera pasado nada por seguir, pero también entiendo que la FIA no quiera asumir esa responsabilidad. Si hubiera pasado algo más adelante, es un marrón, así que lo entiendo, pero duele. Ojalá nos hubieran dejado salir".
"Aunque ya no podíamos luchar por un resultado final en el Dakar, sí hubiéramos podido luchar por algunas etapas y hacer kilómetros. La FIA, en temas de seguridad, es muy exigente, y es normal. Toca aceptarlo”, ha señalado.
Laia tiene potencial y merece poder mostrar su talento y capacidades en un vehículo de la categoría principal, la Ultimate T1+, donde se encuentran las principales fábricas. La posible victoria entre los dos ruedas motrices le habría ayudado en ese objetivo, pero seguro habrá más oportunidades.
Ahora Laia, una auténtica guerrera de las carreras, comienza 'otro' Dakar, uno que es más difícil que navegar por las dunas imposibles del desierto: encontrar otro proyecto, y el presupuesto necesario, que le permita estar en la salida de la carrera el año que viene. Y si es con posibilidades entre los grandes, mejor: se lo ha ganado a pulso.
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