Por menos de 150 euros al mes no hay otro SUV mejor en relación calidad/precio, aunque tiene cosas a pulir todavía

El Omoda 5 es uno de los coches chinos más exitosos en el mercado español y en poco más de un año a la venta ya ha recibido una actualización importante.
Los coches chinos han llegado para quedarse y, contra todo pronóstico, están atacando el mercado desde todos los ángulos. No solo son automóviles baratos, también han lanzado coches eléctricos, modelos premium, etc. Sin embargo, uno de sus principales puntos fuertes es la relación calidad/precio, algo de lo que el Omoda 5 es un gran ejemplo.
El SUV compacto lleva poco más de un año a la venta en España, pero ha sido tiempo suficiente como para recibir una actualización que ha traído no pocos cambios consigo. Vamos a analizar en profundidad a este modelo, que tiene mucho que decir, algo que tiene claro el mercado: en los primeros 11 meses del año ha matriculado 6.739 unidades.
Lo primero que hay que tratar es uno de sus principales reclamos: el precio. El Omoda está disponible desde 27.900 euros, lo que supone una tarifa ligeramente inferior a la media del segmento C SUV.
La marca asiática tiene como reclamo una tarifa mensual de 149 euros al mes, acompañada de una garantía de 7 años. Para conseguir esta mensualidad hay que dar una entrada de 7.998,22 euros, pagar durante 48 meses y dar una última cuota de 13.075,52 euros, con un TAE del 9,01%.
Dicha tarifa corresponde al acabado Comfort, cuyo equipamiento más destacado es el siguiente: llantas de 18 pulgadas, neumáticos Kumho, raíles del techo, 4 sensores de aparcamiento delanteros, volante multifunción con palanca de cambios integrada, cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y pantalla de infoentretenimiento del mismo tamaño.
Además, tiene conectividad con Android Auto y Apple CarPlay, comandos inteligentes de voz, toma USB y USB-C para las plazas traseras, y sistema de carga inalámbrica para teléfonos móviles.
A esto se suma una completa dotación de sistemas de asistencia a la conducción (ADAS): frenada automática de emergencia (AEB), control electrónico de estabilidad (ESC), alerta de colisión frontal (FCWABS), control de crucero adaptativo (ACC), asistente de circulación en atascos (TJA), asistente de mantenimiento en el carril (LCA), sistema de monitorización del conductor (DMS), detector de ángulo ciego (BSD), etc.
Además, está disponible un acabado superior, denominado Premium, cuyo precio partida es de 29.900 euros.
Al equipamiento del acabado base añade: intermitentes dinámicos, faros antiniebla delanteros, portón trasero eléctrico, cámara de 360 grados con vista panorámica, luz ambiental en el techo de la segunda fila de asientos, volante calefactado y climatizador automático bizona.
Con esto en mente, la dotación del modelo es muy completa desde su versión de acceso, teniendo un precio bastante competitivo, lo que es un punto a favor importante.
Luego está su mecánica. Aunque hay una versión eléctrica (204 CV y 430 km de autonomía), la que destaca por su relación calidad precio es la de combustión.
Es uno de los principales cambios que ha experimentado en la actualización, puesto que mientras que antes su motor era un 1.6 turbo de cuatro cilindros en línea que entregaba 186 CV, para reducir las emisiones y adaptarse a la normativa, ha habido que “caparlo”, reduciendo su rendimiento a 147 CV.
A pesar del recorte, es una potencia más que solvente para un SUV compacto, permitiéndole acelerar de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos y alcanzar 195 km/h de velocidad punta, registrando un consumo de combustible de 7 l/100 km.
Sin embargo, no todo es perfecto en el SUV y es que, como pudimos comprobar en nuestra prueba del Omoda 5, todavía le falta mejorar en ciertas áreas.
Para empezar, en el puesto de conducción han desaparecido algunos elementos que estaban presentes antes de la actualización. A nivel de conducción, es un coche cómodo, pero el peaje para conseguirlo es que tanto la dirección como las suspensiones son demasiado blandas, haciendo que su carrocería balancee más de lo deseable.
Además, aunque sea por cumplir con las medidas de emisiones, no hay que olvidar que ha perdido casi 40 CV, lo que se nota en su capacidad de respuesta.
Por último, como consecuencia de su silueta, de corte coupé, su maletero no destaca para nada en el segmento. Su capacidad es de 370 litros (1.149 litros si se abaten los asientos posteriores), volumen que se queda por debajo de la media de sus rivales que, con un formato más tradicional, tienen más espacio disponible.
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Etiquetas: Coches chinos