El McLaren Senna es el nuevo superdeportivo presentado por la firma británica. Este modelo pretende llenar el espacio dejado por el P1, que a pesar de no haber sido retirado oficialmente, ya cuenta con varios años a sus espaldas.
Este nuevo modelo destaca principalmente por utilizar un nombre tan sugerente. La palabra Senna es sinónimo de velocidad y de deportividad sin parangón, elementos que sin duda están presentes en este coche.
Por otra parte llama la atención su diseño tan agresivo, que parece haber sido heredado directamente de la competición. Sin embargo, este automóvil tiene homologación para circular por vías públicas. De esta forma, y aunque el circuito se su hábitat natural, no tiene un uso tan limitado.
Dado su carácter de superdeportivo, este McLaren Senna tendrá que enfrentarse a algunos de los automóviles más impresionantes del momento, como son el Ferrari LaFerrari, el Porsche 918 Spyder o el Aston Martin Vulcan. Algunos de estos coches no pueden circular por carreteras convencionales, lo cual puede suponerles cierta desventaja frente al Senna.
Aunque este coche ha nacido para liderar la gama de productos del fabricante británico, también trata de ser un modelo exclusivo que pase a la historia. Por ello, su producción inicial se ha limitado a medio millar de unidades con un precio cercano al millón de euros.
Como suele ocurrir en la mayoría de los superdeportivos, el primer elemento que llama la atención del McLaren Senna es su diseño. A pesar de que se inspira en otros modelos de la firma, incluido el P1 al que sustituye, cuenta con una personalidad propia al volverse todavía más agresivo.
La imagen exterior del Senna recibe influencia de los coches de carreras de la firma, aunque en este caso no es un añadido, si no que forma parte del coche. El resultado es un aspecto impresionante capaz de anticipar las enormes capacidades mecánicas de este coche.
En el frontal del McLaren Senna puede apreciarse un diseño similar al de otros modelos, como el del 720S, aunque llevado más al extremo para hacerlo más agresivo. Las ópticas de diseño discreto se ocultan parcialmente en las formas aerodinámicas del paragolpes, mientras que el spoiler permanece muy cerca del suelo.
En el lateral, la carrocería no trata de ofrecer un conjunto elegante y armonioso como en otros modelos, si no que más bien se deja llevar por las exigencias técnicas. Esto hace que las forma aerodinámicas ganen protagonismo y que el resto de elementos se sitúen en torno a ellas.
Las puertas tiene un llamativo sistema de apertura en 45 grados que permite un acceso más sencillo limitado por unos grandes pasos de rueda.
Finalmente, la parte trasera del McLaren Senna se convierte en el lugar donde se concentra gran parte de la deportividad de este coche. La parte superior la lidera un enorme alerón de proporciones más que generosas, capaz de ofrecer una adherencia notable. Justo en la base de este se colocan las tres salidas de escape encastradas en la carrocería.
Por debajo, los pilotos son apenas unas delgadas líneas horizontales con tecnología LED. El resto del conjunto está compuesto por una gran difusor y diferentes formas aerodinámicas que afianzan aún más si caba el espíritu racing de este coche.
Para reforzar el estilo deportivo de su agresivo diseño, este coche necesita tener un interior a la altura. En muchos casos, los superdeportivos suelen apostar por un habitáculo más lujoso y con un equipamiento generoso.
El McLaren Senna, por su parte, prefiere no cargarse de tecnología innecesaria y apostar por un interior más minimalista enfocado directamente a la conducción. De esta forma se percibe un mayor número de sensaciones y se logra un peso bastante reducido.
Y hablando de peso, no podemos obviar el buen uso que hace este coche de la fibra de carbono. A pesar de ser uno de los principales componentes de su carrocería, casi todo el interior está recubierto de este material para rebajar algunos kilos y lograr una mejor relación peso-potencia.
El puesto de conducción del McLaren Senna se compone del volante (también en fibra de carbono) y una pequeña pantalla digital que hace las veces de cockpit. En ella aparece solo la información necesaria, como la marcha engrasada o las revoluciones a las que gira el motor.
Junto a ella se ubica una pantalla táctil con orientación vertical desde la que se controlan la mayor parte de los sistemas del coche. A pesar de que no son muchos, desde aquí se puede ajustar la climatización, programar el navegador o acceder al sistema de sonido.
Sobre los asientos, es cierto que no son excesivamente cómodos. Sin embargo, esta no es su principal función. Buscan una buena sujeción del cuerpo para los momentos en los que se lleva a cabo una conducción más agresiva. Y en ese aspecto hacen un trabajo formidable.
A pesar del diseño tan innovador y de la estética tan conceptual de la que disfruta el McLaren Senna, su sistema de propulsión está basado en un tradicional motor de combustión que no recibe apoyo de ningún otro sistema traído del futuro.
El propulsor que monta este coche es un bloque de cuatro litros con ocho cilindros en V que es capaz de desarrollar una potencia máxima de 800 caballos. O lo que es lo mismo, ofrece un empuje similar al que se experimenta en un coche de Fórmula 1.
Gracias a este impresionante motor, el Senna cuenta con unas prestaciones de escándalo. Sin embargo, no podrían llevarse a cabo si el resto de sistemas mecánicos no contasen con la más moderna tecnología. Por eso, las suspensión y los frenos se han revisado para que puedan con el enorme despliegue de fuerza del motor.
La transmisión, que en este caso es solo a las ruedas traseras, se gestiona desde una caja de cambios automática de siete velocidades y doble embrague, que actúa con rapidez y suavidad, lo que permite una aceleración sin apenas pausas.