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Prueba del Bentley Flying Spur: el sedán de cuatro puertas más potente de Bentley

Prueba del Bentley Flying Spur

Bentley promete a sus clientes elegancia y velocidad, y con el Flying Spur eleva aún más el ritmo. Esta es la primera prueba en la berlina híbrida enchufable V8.

Bentley presenta, pocas semanas después del lanzamiento del nuevo Continental en versiones GT y descapotable, un nuevo Bentley Flying Spur, con precios a partir de unos 280.000 euros.  

El motivo de su rápida llegada es simple: la velocidad está en su ADN. Finalmente, esta berlina de lujo, prima noble del Audi A8 y el Porsche Panamera, adopta la potente combinación híbrida enchufable V8 del Continental, convirtiéndose así en el sedán de cuatro puertas más potente y rápido jamás fabricado por los británicos.  

Motor

Bajo el capó, ya no se encuentra el bloque de 12 cilindros ni el modesto V6 híbrido enchufable. En su lugar, Bentley combina un V8 de 4,0 litros con 600 CV con un motor eléctrico de 190 CV, como en el Continental, y similar a lo que Audi, Porsche y Lamborghini utilizan en modelos como el Q8, Cayenne o Urus.  

En condiciones normales, el motor eléctrico garantiza un arranque suave y silencioso, acorde con el porte distinguido de la gran berlina. Casi en silencio y con un par inmediato de 450 Nm, el Flying Spur avanza. Y si se conduce con delicadeza, se puede disfrutar de esta serenidad hasta los 140 km/h, recorriendo hasta 76 kilómetros en modo eléctrico. Solo entonces se agota la batería de 26 kWh, que puede recargarse con hasta 11 kW en un enchufe o con el exceso de potencia del V8. Y potencia, no le falta.  

 

Esto se nota cuando se presiona más fuerte el acelerador y ambos motores trabajan en conjunto. En ese momento, el Flying Spur despliega sus imponentes músculos, transformándose en un auténtico deportivo. Con el rugido característico del V8 y la fuerza combinada de 782 CV y 1.000 Nm, acelera de 0 a 100 km/h en solo 3,3 segundos.  

Comportamiento: confort y deportividad en equilibrio  

Aunque este modelo brilla en autopistas, su suspensión neumática de dos cámaras, estabilización electrónica y dirección en las cuatro ruedas lo vuelven ágil y manejable, a pesar de su tamaño. En un momento puede sentirse como un coche flotante y suave, y al siguiente, firmemente conectado al asfalto, ofreciendo una respuesta tan dinámica como emocionante.  

A diferencia de las versiones de dos puertas, la berlina apenas ha cambiado su aspecto. El interior incorpora un salpicadero modernizado con nuevos elementos digitales, una aplicación móvil y mayor atención a los detalles en materiales y acabados. Sin embargo, el icónico frontal de "cuatro ojos" y sus faros redondos, del tamaño de discos de vinilo, se mantienen. Aunque menos dinámico que el Continental, tiene un brillo y glamour que lo hacen ideal para aparcar frente un auditorio de ópera o en el más exclusivo de los bulevares.  

Velocidad máxima de "solo" 285 km/h 

Mientras que el conductor debe aceptar que el Flying Spur alcanza "solo" 285 km/h frente a los 335 km/h del Continental, los pasajeros traseros disfrutan de un confort excepcional. Gracias a los 36 cm adicionales de distancia entre ejes y una longitud total de 5,30 metros, ofrece un espacio trasero amplio y lujoso, con características como asientos climatizados y con masaje, sistemas de entretenimiento, cortinas para privacidad y detalles elegantes como un espejo en el techo para retocarse antes de bajar.  

Prueba del Bentley Flying Spur, cockpit

El Flying Spur sigue siendo principalmente un auto para quienes disfrutan de conducir, ideal para trayectos al aeropuerto o cenas formales. Sin embargo, para quienes buscan trabajar o relajarse en largos viajes, modelos como la Clase S de Mercedes, un Maybach o un Rolls-Royce siguen siendo mejores opciones.  

Conclusión  

Para quienes conducen personalmente y buscan una combinación única de lujo, comodidad y diversión al volante, el Bentley Flying Spur es difícil de superar. Sin embargo, en el ámbito de los asientos traseros, aunque ofrece una experiencia refinada, no alcanza el nivel de exclusividad de sus rivales. Mientras no haya un sucesor del Mulsanne, el Flying Spur seguirá siendo en este aspecto una tercera opción frente a Rolls-Royce o Maybach.

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Etiquetas: Coches deportivos, Berlinas, Superlujo

Lo mejor

Respuesta del motor, autonomía en modo eléctrico, comportamiento ágil a pesar de su tamaño, prestaciones, acabados, refinamiento. 

Lo peor

Precio desorbitado. Aunque las plazas traseras destilan mucho lujo, no llegan al nivel de las de Maybach o Rolls-Royce