Prueba del BMW X6 xDrive30d: así se ve la vida de otra manera
En los tiempos que corren puede parecer hasta frívolo tener o querer tener un coche como el de la prueba, el BMW X6 xDrive30d. Pero dicen que soñar no cuesta nada y, quién sabe, lo mismo en unos días, por un golpe del destino, puedes hacerte con él. Sea de una forma u otra, estás ante un coche que seguro desearías tener en el garaje o quizás puede que ya lo tengas. Si es así, mi más sincera enhorabuena, porque posees una de las máquinas más evolucionadas de la ingeniería automovilística. Y eso es algo que no se nota hasta que comienzas a rodar con él.
Por fuera ya te pone sobre aviso. Sus medidas, superiores a las de su predecesor en longitud (26 mm) y anchura (15 mm), además de una distancia entre ejes 42 mm superior, nos hablan de un vehículo que impone. Y tiene una imagen atrevida, moderna y, sobre todo, masiva.
Y es que todo en el BMW X6 es superlativo. Comenzando por las llantas de 22 pulgadas que nuestra unidad de pruebas montaba (de serie son de 20) y que maximizan este brutal aspecto.

También el frontal es más tremendo, con una calandra de mayores dimensiones que ahora incluso puede llevar iluminación, activable al abrir y cerrar las puertas y durante la conducción en una opción que se llama Iconic Glow y que te costará 615 euros. Eso sí, en el polígono lo petarás.
Pasamos al interior, donde, por favor te lo pido, no te gastes los 923 euros que cuesta la aplicación de cristal CraftedClarity para elementos interiores. A no ser, claro, que seas un mafioso ruso. Entonces, tovarishch, te va a quedar que ni pintado. Sí, la parrilla iluminada y la palanca de cristal son dos elementos tan lujosos, que chocan con el buen gusto. Pero como esto es muy subjetivo...
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Lo que no es tan discutible es la atmósfera general de lujo y confort que se vive a bordo de este BMW, con sus materiales de primer nivel y ajustes prácticamente perfectos. Si hablamos de su instrumentación, viene de serie (menos mal) la formada por una pantalla de 12,3 pulgadas y otra central y táctil del mismo tamaño, para el sistema de infoentretenimiento. Y es todo un detalle que al calefactar los asientos también se caliente el enorme apoyabrazos central. A los más frioleros les encantará. Si paso a la parte trasera, veo que hay mucho espacio, pero aquí irán más cómodos sólo dos adultos, porque el tercero, el del centro, se sentará en una zona más dura y sin asiento definido.
El maletero, enorme, no cambia de capacidad, a pesar del aumento de medidas generales, y dispone de un útil y discreto doble fondo y de tiradores para abatir los asientos desde esta zona.

Con el motor de la prueba, el del BMW X6 xDrive30, te valdrá
Unos 2.000 euros más caro que el xDrive40i, de gasolina y 340 CV, tienes este diésel biturbo xDrive30d que yo estoy probando, que ofrece 265 CV y, eso sí, un par motor de 620 Nm (450 Nm el de gasolina) que es donde reside gran parte de la contundencia con la que empuja.
Por eso te digo que con este motor te valdrá, porque mueve sus más de dos toneladas con una inusitada agilidad. De verdad te lo digo, no te va a hacer falta más. Este seis cilindros en línea con doble turbo y tres litros de cilindrada respira muy bien desde abajo y en prácticamente toda la banda de revoluciones, hasta pasadas las 4.000 rpm, y responde con un empuje constante y un sonido muy agradable, sin estridencias.

Esta contundencia es apoyada por su sobresaliente caja de cambios automática de ocho velocidades, de la que prácticamente ni te enterarás que está haciendo su trabajo, porque cambia las relaciones a la velocidad que necesites y, si cambias de modo de conducción entre los cuatro disponibles (Sport, Comfort, Eco Pro y Adaptive), también la caja se adaptará a las nuevas reacciones, con una diferencia importante de velocidad de trabajo del modo Sport al Eco Pro con sólo pulsar el botón que corresponda a cada modo.
Eso sí, con sus zapatones traseros en medida 315, cualquier irregularidad que afrontes en pleno apoyo a alta velocidad requerirá de pequeñas correcciones en el volante, aunque, en general, la dirección es muy comunicativa y transmite bien lo que pasa en el eje delantero. Al otro, al trasero es donde el sistema xDrive evolucionado manda toda la fuerza del motor si las condiciones de adherencia o aceleración no necesitan la ayuda del delantero.
Conclusión del BMW X6 xDrive30
No es barato, lo sé, pero para hablarte de la artillería que monta en sistemas de asistencia, de seguridad y de entretenimiento necesitaría la revista entera, con lo que también compensa en ese sentido. Y es que a bordo de este súper SUV te sentirás el amo del mundo y, te reitero, verás la vida de otra manera.
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Valoración
Ponemos a prueba el BMW X6 xDrive30d, la potente versión diésel del SUV Coupé con 265 CV y 620 Nm de par motor. ¡Un portento!
Lo mejor
Sorprendente agilidad a pesar de su peso. Atmósfera general de lujo y confort
Lo peor
Precio. Neumáticos de medida 315 que ante irregularidades en pleno apoyo a alta velocidad obligan a hacer pequeñas correcciones.