VÍDEO: el Ford Mustang ha pasado por las manos del preparador Steeda. El resultado es mejor de lo que nadie esperaba
El Mustang es un coche veloz y potente, y al mismo tiempo una belleza con la que pasear por los bulevares, pero el circuito nunca ha sido el terreno donde mejor se desenvuelve. Pero aquí tenemos un ejemplar que ha pasado por las manos de Steeda.
El Ford Mustang ha pasado por las manos del preparador Steeda. El resultado es mejor de lo que nadie esperaba. Siempre he sido un fan del Mustang. También del nuevo, que mantiene la esencia del clásico. Y he tenido la suerte de poder conducirlo en varios circuitos, apurando las curvas al límite y poniendo a prueba sus virtudes deportivas.
Y tengo que decir que aunque el Mustang es un coche veloz y potente, y al mismo tiempo una belleza con la que pasear por los bulevares, pero el circuito nunca ha sido el terreno donde mejor se desenvuelve. Pero aquí tenemos un ejemplar que ha pasado por las manos de Steeda, un preparador americano que ha optimizado el chasis, para que rinda en la pista como debe.
Y ha contado con la colaboración de otra firma, Fiege, en este caso alemana, que ha hecho las modificaciones en la carrocería. De modo que tenemos este Mustang con motor de cinco litros, que ya era de por sí poderoso, ahora convertido en un devoracurvas. Hemos venido a Contidrom para comprobarlo. Estoy deseando subirme al coche para hacer unas cuantas vueltas rápidas, y sospecho que me lo voy a pasar bomba.
Aparte del motivo por el que estamos probando este coche en circuito para comprobar si un Mustang puede ser un portento en curvas, debo decir que lo que hace deportivo a este coche tiene mucho que ver con el motor: un motor Coyote, creo que la cuarta generación, que tiene un maravilloso carácter de clásico, aunque es realmente moderno: es un bloque de 90 grados con 32 válvulas, cinco litros y mucha potencia y par motor, un atmosférico de la vieja escuela.

Y este ejemplar viene con la caja automática de 10 relaciones, que no me convence del todo en modo manual: en cuanto llegas a la zona roja, no te deja estirarlo un poco más, y espera a que la aguja caiga para pasar a la siguiente marcha. Por eso lo llevo en automático, que responde mucho. Por lo demás, las sensaciones que transmite el puesto de conducción, y el volante, son las de un bólido, eso es algo que tiene el Mustang normal Aunque como he dicho, tradicionalmente siempre ha sido mejor para rodar muy rápido en autovías que por carreteras de curvas.
Pero como digo, este ejemplar ha sido retocado, y han ido mucho más allá de un mero tuneo con algo más de potencia y suspensiones más bajas. En este caso, con el paquete de Steeda, el coche ha cambiado considerablemente. Le ha dado una vuelta a su carácter, y ha elevado considerablemente la diversión al volante. Y cómo no, ha mejorado el tiempo por vuelta.
No podemos compararlo con modelos anteriores, pero no hace falta: lo noto mucho más preciso y directo, más afinado en todos los sentidos, empezando por la dirección. Ahora tiene una caída negativa de dos grados que lo vuelve más puntiagudo y directo y la dirección es muy comunicativa. Tengo que decir que no he conducido un deportivo americano capaz de rodar con tanta precisión como este. Y también siento una zaga más viva: aunque el reparto de pesos suponga que más de una tonelada está en la parte delantera, no hay atisbo de subviraje.
El eje delantero tiene un guiado como si fuera sobre raíles, y puedo jugar con la zaga, que nunca de desmanda. Hay un “pero”: después de un par de vueltas al límite, noto que los neumáticos delanteros se calientan demasiado, de modo que pierden algo de agarre y asoma un poco de subviraje. Igualmente, es algo leve, en ningún caso se vuelve peligroso y sigue siendo muy manejable. Pero si devuelves los neumáticos a su temperatura idónea, es una máquina de pilotaje, con una suspensión superequilibrada y sin apenas balanceos. Pura diversión.
Como he dicho, el motor es un portento con muchas reservas de potencia para salir de las curvas, y los frenos son muy eficaces y dosificables. Ahora voy con los neumáticos a buena temperatura y por tanto apenas hay subviraje, y noto un grip impresionante en las cuatro ruedas, y al mismo tiempo me permite jugar con el deslizamiento de la zaga. Y como he dicho, la salida de las curvas es impresionante, salvaje, sin perder precisión en la trayectoria. Y toda esta experiencia se redondea con el increíble sonido del motor, de modo que la sensación de ir en un coche de carreras es total.
Ahora voy por la cuarta vuelta, he reducido un poco la velocidad porque con los neumáticos calientes el subviraje, sin ser peligroso, es más patente, y ya no me permite divertirme tanto. Llevo el ESP desconectado, y como veis, es facilísimo ponerlo de lado. Bueno, pues he constatado que este Mustang modificado es capaz de rodar realmente rápido en circuito. El modelo base cuesta poco más de 70.000 euros en esta variante Dark Horse, todo un chollo en la liga de los deportivos.
Y con la preparación de Steeda y Fiege suma 11.000 euros, y a cambio obtienes un Mustang súper optimizado, convertido en máquina de circuito. Yo me he divertido muchísimo pilotándolo, y aparte de las modificaciones en la carrocería y el chasis, es sobre todo la sensación de precisión que ahora transmite lo sorprendente. Ahora es realmente vivo y ágil en curvas, y para mí han juntado lo mejor de dos mundos.
Y como digo, han ido más allá de un tuning al uso con incómodas suspensiones. Este coche mantiene un carácter de clásico con su motor V8 de cinco litros, que realmente conquista. Aquí vemos los neumáticos Pilot Sport 4S que son sensaciones y le dan mucho grip al eje delantero, mejorando muchísimo la precisión en los giros, con su caída negativa extremadamente deportiva, y los frenos Brembo de carbono perforado aguantan muy bien el estrés sin calentarse demasiado.
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Y tenemos un chasis modificado con muelles que ahora contienen la carrocería y casi borran cualquier inclinación, sin por ello llegar a ser incómodos. Realmente, está muy conseguido. Y aquí está el motor: rinde 453 CV, y se diferencia en carácter de los que conocemos de BMW o AMG. Este coche pesa 1.800 kilos y el motor le encaja a la perfección, lanzando todo su poderío al eje trasero.
Es un bloque moderno pero al mismo ‘old school’, un V8 de 90 grados atmosférico con un sonido inconfundible en el que tienen mucho que ver las mariposas del escape accionables, que le permite o bien rugir como un auténtico salvaje, o ser relativamente silencioso cuando vas relajado. Sin duda, este V8 es el corazón del coche, una auténtica maravilla mecánica. Y por cierto: puedes pedir este coche con cambio manual. Es complicado obtener mayor diversión.
Este coche fue presentado en mayo, es relativamente nuevo, y por eso viene con infinidad de asistentes a la conducción, y un moderno sistema multimedia con dos grandes pantallas, una táctil, con la que puedo regular los diferentes modos de conducción o cambiar la apariencia de la instrumentación, por ejemplo la clásica, tan ‘old school’. Es un deportivo, pero al mismo tiempo tengo unos asientos que además de agarre ofrecen confort, tengo una buena ergonomía y no voy demasiado bajo, aunque la postura es deportiva.
Y no es un Mustang como los de hace 20 años, con acabados algo precarios, sino que aquí todo se siente sólido y de calidad. En esta liga de precios, sin duda es un coche que ofrece mucho por lo que cuesta. Pues eso: más preciso, más deportivo, más divertido y eficaz. Y lo he traído bajo los focos para ver un poco las modificaciones que le han hecho.
Por un lado, tenemos el clásico tuneo de chasis con suspensiones progresivas, zonas de refuerzo, estabilizadoras más gruesas, etcétera. Y detrás, tenemos algo que sí se sale de la norma, y es específico de Mustang: es esa estructura detrás que sostiene todos los componentes del eje, que aporta rigidez pero merma la precisión de guiado en curva y el agarre, porque un eje que se puede retorcer, pierde grip, produce deslizamiento, y cuesta tiempo en circuito.
Es una solución buena para rodar rápido en recta, pero no para devorar curvas. Pero eso lo corrigen con esta nueva suspensión del eje, más firme. Delante vemos en azul la estabilizadora, en un compartimento de poliuretano, una señal del objetivo de Steeda de convertir este coche en una máquina de pilotar. Y vemos los muelles con dos partes diferenciadas.
Me llaman la atención también la zona de refrigeración para los frenos de este Ford, que tienen pinzas de ocho pistones, que demuestra que no es un tuning estético, sino mucho más profundo. Y otro detalle muy deportivo: la capacidad de variar la caída, tanto delante como detrás, que con esta preparación puede hacerse de una forma sencilla y precisa. Todo este paquete, es lo que consigue que el coche tenga un comportamiento tan espectacular.
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