La DGT estrena radares móviles de remolque

El Servei Català de Trànsit lanza radares móviles tipo remolque para reducir la siniestralidad en carreteras, con tecnología avanzada y ubicaciones clave.
El Servei Català de Trànsit (SCT) ha dado un paso más en la lucha contra los accidentes en las carreteras de Cataluña con la incorporación de los radares móviles tipo remolque, conocidos popularmente como carros radar.
Estos dispositivos están diseñados para incrementar la seguridad vial al controlar de forma eficiente los excesos de velocidad, una de las principales causas de accidentes graves y mortales.
Los nuevos cinemómetros móviles no sólo representan una mejora tecnológica, sino también una apuesta estratégica por parte del SCT para cumplir con el objetivo de reducir a la mitad las víctimas mortales en accidentes de tráfico antes de 2030, en línea con los compromisos adquiridos en el ámbito europeo.
Innovación tecnológica y funcionalidad
Los carros radar destacan por su versatilidad y autonomía. A diferencia de otros dispositivos fijos, estos radares móviles pueden instalarse en cualquier punto de la red viaria y permanecer operativos hasta una semana sin necesidad de recarga, gracias a baterías de alta capacidad.
Esto les permite cubrir más territorio y adaptarse rápidamente a las necesidades del tráfico, siendo especialmente útiles en zonas de alta siniestralidad.
Una de las características técnicas más avanzadas de estos dispositivos es su tecnología láser, que les permite detectar vehículos que exceden los límites de velocidad en varios carriles de forma simultánea. A través de esta tecnología, los radares pueden realizar un seguimiento dinámico de los vehículos, midiendo con precisión la velocidad incluso en movimiento.
Además, su capacidad para conectarse a Internet facilita la gestión inmediata de las infracciones. Una vez detectado el exceso de velocidad, el dispositivo envía la información directamente al sistema de sanciones del SCT, evitando la necesidad de presencia policial en el lugar y agilizando el proceso sancionador.
Ubicaciones iniciales y criterios de instalación
El director del SCT, Ramon Lamiel, ha explicado que las ubicaciones de los carros radar se determinan tras un análisis exhaustivo de siniestralidad. Estas herramientas de vigilancia se sitúan en puntos críticos donde existe una alta concentración de accidentes.
Entre las primeras ubicaciones anunciadas se encuentra el radar instalado en la C-31, en el kilómetro 196 (Bellvitge), en sentido Castelldefels. Este tramo es conocido por su elevada tasa de siniestros. Otro radar se activará en la AP-7, en el kilómetro 141 (Santa Perpètua de Mogoda), en sentido Tarragona, otro punto crítico con numerosos accidentes registrados.
El SCT asegura que estos dispositivos estarán visibles para los conductores, lo que contribuirá a reducir la velocidad de forma preventiva. Asimismo, los radares están protegidos por carcasas resistentes a actos vandálicos, garantizando su funcionalidad incluso en condiciones adversas.
Impacto en la reducción de accidentes
Según datos proporcionados por el Servei Català de Trànsit, la instalación de cinemómetros en tramos específicos ha logrado disminuir la siniestralidad entre un 65% y un 80%. Estas cifras destacan la efectividad de las medidas de control de velocidad, especialmente en carreteras donde se concentra un elevado número de accidentes.
El exceso de velocidad es uno de los factores concurrentes más frecuentes en accidentes graves y mortales. Estudios internacionales también avalan que el control estricto de la velocidad mediante radares contribuye no sólo a reducir las víctimas mortales, sino también a disminuir las lesiones graves en caso de colisión.
Sanciones por incumplimiento de los límites de velocidad
Las sanciones por exceso de velocidad varían en función del nivel de infracción. Los conductores que superen los límites establecidos pueden enfrentarse a multas que oscilan entre los 100 y los 600 euros, además de la pérdida de hasta 6 puntos del carnet de conducir.

En los casos más graves, cuando se exceden los límites en más de 60 km/h en vías urbanas o en más de 80 km/h en carreteras interurbanas, la infracción pasa a considerarse un delito contra la seguridad vial, tal como establece el artículo 379.1 del Código Penal.
Este delito puede implicar penas de prisión de tres a seis meses, multas de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad, además de la privación del derecho a conducir por un periodo de uno a cuatro años.
Objetivos a largo plazo del SCT
La puesta en marcha de los carros radar forma parte de un plan integral para mejorar la seguridad en las carreteras catalanas. El SCT no sólo busca sancionar, sino también educar y concienciar a los conductores sobre la importancia de respetar las normas de tráfico.
La reducción de la accidentalidad es un reto que requiere un enfoque multidisciplinar, combinando tecnología, análisis de datos y campañas de sensibilización. En este contexto, los radares móviles son una herramienta clave para controlar de manera eficiente los comportamientos de riesgo y fomentar una conducción responsable.
Una estrategia para salvar vidas
Con la incorporación de los nuevos radares móviles, el SCT refuerza su compromiso de trabajar hacia un futuro con menos víctimas en las carreteras. Además de ser un elemento disuasorio, estos dispositivos permitirán recopilar datos más precisos sobre los patrones de velocidad en diferentes tramos, contribuyendo a una planificación vial más segura.
El uso de tecnologías avanzadas, como los carros radar, es un ejemplo de cómo la innovación puede ser aplicada para salvar vidas. Al garantizar un control efectivo del tráfico, el SCT da un paso más hacia la consecución de su objetivo: reducir a la mitad las víctimas mortales en las carreteras de Cataluña antes de que finalice esta década.
Este tipo de medidas no sólo son necesarias, sino también un recordatorio de que la seguridad vial es responsabilidad de todos. Cada infracción detectada es una oportunidad para prevenir un accidente y proteger a quienes transitan por las carreteras.
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