Nota 8
El Toyota C-HR evoluciona en su segunda generación, pero mantiene sus fundamentos: sigue siendo un SUV a medio camino entre el segmento B y el C, con un diseño con mucha personalidad que en esta nueva entrega es todavía más arriesgado y a sus ya conocidas versiones híbridas autorrecargables añade ahora una híbrida enchufable.
El diseño del Toyota C-HR siempre ha sido su punto fuerte, pero la nueva entrega da un salto de gigante en este aspecto, haciendo que le original se sienta incluso anticuado.
Aplica el nuevo lenguaje de diseño de Toyota, ya visto en la oleada de prototipos eléctricos que anunció hace tiempo y compartido con lanzamientos recientes como el del nuevo Toyota Prius.
En términos generales es más estilizado y presenta un silueta más agresiva y afilada. Es algo patente el frontal, más despejado, con unos faros en forma de ‘C’, de cuyo extremo inferior parte la moldura principal del paragolpes, que enmarca una parrilla de gran tamaño.
Las protecciones inferiores desaparecen casi por completo, quedando limitadas a los pasos de rueda, que pueden alojar llantas de hasta 20 pulgadas. Dispone de varios acabados de pintura, siendo muy llamativo el bitono que luce un color distinto en toda la parte trasera.
Hablando de ésta, presenta una alerón doble en el techo y los grupos ópticos forman una franja que ocupa todo el lateral del vehículo.
Las dimensiones del Toyota C-HR son las siguientes: 4.362 mm de longitud, 1.832 mm de anchura, 1.558 mm de altura, 2.640 mm de distancia entre ejes y 142 mm de distancia libre al suelo.
El maletero del Toyota C-HR varía en función de la versión. El 140H cubica 368 litros, el 200H tiene un volumen de 364 litros, esta variante con tracción integral AWD-i se rebaja un poco más hasta los 362 litros y el que menos capacidad tiene es el 220PH, que se queda en 310 litros.
El interior del Toyota C-HR presenta un equilibrio entre la tecnología, representada tanto por el cuadro de instrumentos digital como por la pantalla central, ambos de 12,3 pulgadas; y la presencia de botones físicos, principalmente en la consola central, que facilitan el acceso y control de algunas de las funciones más utilizadas en el vehículo.
Como ocurría en su predecesor, las plazas traseras son el principal debe del modelo, que con sus compactas dimensiones no ofrece un espacio especialmente amplio para los ocupantes.
La oferta de motores del Toyota C-HR se amplía en esta generación. De las dos opciones híbridas autorrecargables de su predecesor, que se mantienen y le da acceso a la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT), se pasa a tres, sumando una alternativa híbrida enchufable que le permite lucir el distintivo CERO.
La versión de acceso es la 140H, que emplea un motor 1.8 litros que entrega 140 CV de potencia y 185 Nm de par máximo. Homologa un consumo medio combinado de entre 4,8 y 5 l/100 km.
La variante intermedia es la 200H, con un propulsor 2.0, una potencia de 198 CV y un par de 206 Nm. Al tener un mayor rendimiento, el consumo es algo más alto, pero tampoco mucho: entre 4,8 y 5,3 l/100 km.
Ambas variantes comparten la misma batería de iones de litio de 4,08 kWh de capacidad.
Por último, el 220PH combina un motor 2.0 litros de 160 CV con un bloque eléctrico para desarrollar una potencia conjunta de 220 CV y un par máximo de 208 Nm. Gracias a ello acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 180 km/h.
Emplea una batería de 12,8 kWh (que recarga con corriente alterna) que le otorga una autonomía eléctrica de 66 km. Gracias a ello puede homologar un consumo medio de tan solo 0,9 l/100 km.
El precio del Toyota C-HR parte de los 31.749 euros para las versiones híbridas, mientras que el híbrido está disponible desde 39.100 euros
El equipamiento del Toyota C-HR se estructura de manera diferente según la motorización. Las versiones HEV pueden combinarse con los acabados Active, Advance, GR Sport, Premiere y GR Sport Premiere. El PHEV pierde el de acceso y solo está disponible con los Advance, GR Sport, Premiere y GR Sport Premiere.